AMIGA: GRACIAS POR HACER LA DIFERENCIA!
Si eres parte de este grupo es porque gracias
a ti la vida de dos hermosas niñas fue impactada, permitiéndoles conocer un
mundo más allá de la pobreza y las privaciones a las que a diario se enfrentan.
Sé que ya paso algo de tiempo desde la última visita de las niñas pero no quería dejar de compartir con ustedes esta
experiencia.
Les cuento un poco de ellas: Emma y
Rocio, tienen 10 y 11 años son originarias de Tecate, donde las conocí por medio de su mama hace algunos años. Viven
en una casa que apenas tiene una estufa de leña, una letrina en la parte de
afuera de su casa, piso de tierra y a veces su único alimento seguro es la
leche de la chiva y una penca que en temporada les da nopales.
Arcelia: su mama; no estudio ni la primaria. Su papa era peón en un rancho
pero hace poco enfermo gravemente de cirrosis y ahora no puede trabajar dada la
severidad de su enfermedad. Esto ha empeorado la situación familiar ya que
Arcelia quien antes trabajaba limpiando casas ya no puede hacerlo porque tiene
que quedarse a cuidar a su esposo. A pesar de sus circunstancias adversas han
criado a 5 hijos, 3 muchachos trabajadores y 2 niñas amorosas llenas de
valores; todos con un corazón lleno del amor de Dios.
Yo al principio era consciente de que eran personas de escasos recursos
pero no sabía el grado de pobreza a la que se enfrentaban. Un día me di cuenta
por casualidad, ahora pienso que fue “causalidad”. Se me ocurrió hacer una
torta de elote y al ser mi primera vez cocinando olvide ponerle la harina: S
(ya me conocen, no soy buena para la cocina). Al darme cuenta de mi error le
dije a Arcelia que si quería llevarse el intento de torta para su chiva, ya que
yo sabía que la alimentaba con sobras de comida. Ella me lo agradeció y se la llevo.
Pero al día siguiente me confesó que ella y toda su familia se la habían
comido, que estaba buena y que gracias a eso habían tenido que cenar. Sentí
vergüenza de mi misma, por ser tan insensible y desde entonces procuro no
asumir que una comida no sirve A MENOS que este podrida.
En otra ocasión me conto como era apenas miércoles y ya no tenía nada de
dinero de la pensión de su marido, y hasta el viernes recibirían el siguiente
cheque. Solo tenía unos pocos frijoles y
algo de harina para amasar tortillas. Dice que oraba a Dios porque proveyera
para su familia pues realmente no sabía que iba a darles a todos y que le partía
el corazón decirles que no había suficiente. Cuando termino de orar, su esposo
le dijo –“qué bueno sería que la penca de afuera ya estuviera crecida y pudiéramos
comer nopalitos con los frijoles que tienes-si contesto ella- “y con la masa
que tengo puedo hacer 2 tortillas de
maíz para cada quien”.
-Huy ya con eso comemos bien rico, claro que con unas cebollitas y unos
chiles haría una salsita bien buena- dice Arcelia que los dos sonrieron con
nostalgia de pensar lo rico que sería tener todo aquello en lugar de recibir a
sus hijas con la noticia de que solo podían comer 1 plato de frijoles.
En eso tocaron a la puerta y era un hombre que vivía por el barrio y que
padecía el vicio del alcohol y drogas.
En ocasiones Arcelia y su esposo lo ayudaban con algo que comer o con
una cobija pues vivía en la calle debido a su adicción. Cuando su hijo le dijo
quien tocaba Arcelia pensó- HIjole y ahora que le voy a dar si no tengo ni para
darle a mis hijos. Sin embargo en esta ocasión no tocaba la puerta para pedir
ayuda sino para traerles una bolsa de nopales recién cortados- “tiernitos” me
dijo Arcelia y unas cebollitas y chiles. El hombre le dijo que le acababan de
regalar suficiente y que se acordó que ellos siempre le habían “echado la mano”
Arcelia y yo sabíamos que esto no era casualidad. Era la respuesta a sus oraciones. Dios había
utilizado a ese hombre para contestar su oración y proveer alimento. “ El Señor
es bueno” me decía ella mientras me contaba lo sucedido. Yo no podía contener
mis lágrimas y me tuve que ir de ahí para no llorar frente a ella.
Cuando ella me contaba esto yo no podía dar crédito pues Arcelia es una
mujer que no anda por la vida hablando de sus penas o exagerando su condición,
de hecho yo siempre la veía en mi casa contenta, humilde pero muy limpia, y con
una actitud de servicio digna de admirarse. Siempre le decía que mientras trabajaba
comiera lo que quisiera y ella raramente
aceptaba, a veces me llego a decir que se llevaría “un pedacito de pastel” o
“una rebanada de pizza”. Ahora se que se lo regalaba a sus hijas.
Desde entonces empecé a prestar más
atención a su situación y a tratar de contribuir a darles una mejor infancia a
sus hijas- que son unas niñas maravillosas.
A partir de que nos vinimos a
Mexicali hemos procurado estar al pendiente e invitarlas a venir a de
vacaciones 1 semana al año. En sus visitas descubrí que nunca habían ido a
comer hamburguesas a un Burger King o Carl’s Jr., nunca se habían metido a una
alberca o ido al cine! Me enternecí al ver sus caritas cuando les di sus primeras palomitas y soda para entrar a ver la
primera película en el cine de sus vidas.
Me hubiera encantado que vieran sus
expresiones de emoción cuando les dije una buena amiga y mi cuñada les habían
mandado bolsas llenas de ropa para ver que les quedaba. Estaban felices!
Aun recuerdan la fiesta a la que las lleve – donde mi amiga generosamente
me invito con todo y pilones al cumpleaños de su hija- dicen que ha sido la
fiesta más bonita a la que han ido -y todo era gratis!-dicen con entusiasmo-
bailaron, jugaron, comieron, brincaron, en fin un día que jamás olvidaran.
Amigas: Les cuento esto para darles mil
gracias por haber contribuido de una manera u otra con la felicidad de estas pequeñas,
a nombre de su mama les agradezco en el alma su generosidad. Estoy segura que
Dios les recompensara grandemente. No tengan la menor duda de que gracias a su
apoyo 2 vidas han sido grandemente bendecidas.
Las quiero mucho. Que Dios les siga bendiciendo.
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